lunes, 16 de febrero de 2009

ÒRÌSÀ ODE

ÒRÌSÀ ODE

Como su palabra lo dice, Ode es cazador y por consiguiente, protector de los cazadores. Ode caza por necesidad de alimentarse o alimentar a su familia, cuidando no tomar más de aquello que pueda ser usado como alimento diario.
Ode es quien durante la noche y junto con Bara, custodia las cercanías del templo, para evitar el ingreso de malas influencias astrales.
Ode posee la capacidad de estar en varios lugares al mismo tiempo y tiene poder sobre los ajogun.
Si bien es por excelencia el gran cazador de los Yòrùbá, la agricultura también está relacionada con el, así como se lo asocia con la luna por ser la noche, antes del sol nacer, su horario predilecto para cazar.


Ode es reservado, laborioso y solitario. Su energía está puesta en la caza, sustento de su progenie y en la tranquila y pacífica vida familiar que lo alejó de las guerras de poder vividas por los otros Òrìsà y le concedió la mística de la fidelidad y el trabajo constante y tesonero en favor de los suyos.
En América se lo culta en compañía de su pareja OTIM.
El silbido característico de éste Òrìsá recuerda que cuando su permanencia en la tierra él llegaba de los bosques con el alimento diario y silbaba larga y cadenciosamente para advertirle a Otim de su llegada y ésta, junto con los hijos, salía a su encuentro, feliz por regreso de su amado. A ellos se les suplica para que alejen los espíritus perturbadores, protejan a los niños y velen por la fidelidad de las parejas y la tranquilidad de la casa.
Su ota por lo general no se asienta en piedra, si en dos totens de madera, uno femenino y el otro masculino, simbolizando la pareja fiel y custodia del hogar.
Sus ornamentos son arco, flecha y erukere. Los colores característicos son el azul brillante y blanco. La comida predilecta de Ode es a base de harina de mandioca mezclada con miel de abejas y acompañada por costillas de cerdo fritas en epo.

CARACTERÍSTICAS GENERALES DE LOS HIJOS DE ODE

Las personas que cuentan con la protección de éste Òrìsà, son reservados, fieles y poco afectos al bullicio o lo social.
Cumplen o por lo menos tratan siempre de cumplir con la palabra empeñada, y cuando se los agrede pueden ser muy violentos y hasta crueles.
Su vida está centrada en su casa y familia que cuidan desde muy jóvenes y la defienden con tesón.