lunes, 16 de febrero de 2009

LAS SIETE DIVISIONES DE ÒGÚN

LAS SIETE DIVISIONES DE ÒGÚN

En opinión de los Yòrùbá las siete divisiones de Ògún serían las siguientes:

ÒGÚN ALÁRÁ
El Ògún que fuera rey de Ara.

ÒGÚN ONÍRÈ
Rey de Ire.
Ògún descendió en Ilé-Ifè, junto a los demás Òrìsà, destacándose por su coraje y bravura en la cotidiana lucha por la sobrevivencia en el lugar. Siendo ese coraje que le concedió el ser hasta nuestros tiempos, la divinidad que corta los obstáculos que se cruzan en el camino del hombre.
Cierta vez, los Òrìsà, enviados en misión de exploración, se encontraron con un espeso e intransitable bosque que inexorablemente debían atravesar.
A Òrìsà-nlá, como líder máximo le correspondió abrir un camino para cruzarlo, pero esa tarea resultó imposible de cumplir, con cada golpe asentado a la maleza, su débil machete confeccionado de bronce, se deterioraba, hasta quedar totalmente destruido. Al ver la imposibilidad del gran Òrìsà, Ògún decide tomar la delantera y con su pesado y sólido machete de hierro macizo, logra cortar las malezas. Así, todos muy felices continuaron continuar su travesía pudiendo cumplir las ordenes impartidas por Olódùmàrè. De regreso a Ilé Ifè, y en agradecimiento por su acción, le fue entregado el título honorífico de Òdìn-imolè.
Aunque sentía felicidad por el título ganado, Ògún no estaba muy interesado en pasar su vida encerrado entre cuatro paredes, por más que estas fueran las de un palacio.
Dejando atrás Ilé Ifè, partió hacia las montañas, en procura de nuevas aventuras.
Sus andanzas lo llevaron hasta Ìrè, un pueblo que conocedor de sus gloriosas victorias, lo recibió con todos los honores.
Ògún peleó duras batallas contra los enemigos de Iré y sus conquistas llenaron de gloria esa pequeña ciudad que no dudó en considerarlo su jefe y señor.

ÒGÚN ÌKOLÀ
Fuerte, joven y entusiasta guerrero que ayudaba a los heridos en las batallas y es tradicionalmente considerado el médico que recorría los caminos curando enfermos. Es por ello que a Ògún también se lo considera el patrono de los cirujanos.
Su comida predilecta es el caracol de tierra.

ÒGÚN ELÉMONA
Fue rey de Emona región a la que defendió con bravura y tesón. Siendo su comida predilecta la mandioca asada en las brasas.

ÒGÚN AKIRINRI o AKÍRUN
El herrero por excelencia, que fabricó las armas y los elementos de labranza utilizados por todos las demás divinidades. Y come carne de tortuga marina.

ÒGÚN GBÉNÀGBÉNÀ
Tambien herrero cuyos y ornamentos esculturas eran requeridas por todas las naciones dada su estética y perfección de líneas. Protector los herreros,, mecánicos, motociclistas y choferes.

ÒGÚN MÁKINDÉ
El viejo y sabio cazador que prefería la soledad de los montes al bullicio de las ciudades. Custodia los caminos cercanos a los bosques rodeados de árboles, y suele descansar de sus batallas en las colinas sobre alguna roca cercana a las cataratas.
Ògún Makinde es también el custodia de las fronteras de todos los pueblos, ciudades y países, por ello, en nuestros días se lo considera el protector de los puertos y aeropuertos, marineros y aeronavegantes y fuerzas armadas.
No tiene predilección especial por alguna comida en particular, el recibe todo cuanto se le ofrece y en agradecimiento ayuda a los transeúntes que desean pasar de un país a otro y protege la vida de los gendarmes que custodian las fronteras.
En lo relativo a la convivencia con los demás, aunque es querido y respetado, no mantien buenas relaciones, dado su temperamento belicoso y el poco respeto que muestra por las jerarquías. La violencia de Ogun fue mas intensa luego de ser abandonado por su mujer Oya, quien lo abandonara por Sàngó.
Ogún vivió muchos años en el aiye, hasta que por causa de un mal entendido, su violencia terminó con la vida de todo un pueblo.
Luego, cuando tomó conciencia de lo arrebatado de su accionar, tomando su espada, la clavó en la tierra y haciendo un gran agujero desapareció dentro de ella y desde allí, subió al Orùn para no regresar más.
A pesar de su manifiesta violencia, como amigo es cordial, integro y protector, no mide esfuerzos para ayudar a sus amigos, ni juzga sus errores, justifica y comprende cualquier actitud de sus camaradas; y así como es implacable y destructivo con los enemigos, es leal y bondadoso para con los amigos.
En el aiye Ogun, como casi todos los Òrìsà, tuvo varias esposas e hijos.
El primer hijo se llama Ogúndá Misí - que quiere decir Ògún me salve. Ogúndá Misí quedó en Ire oficiando como rey cuando Ogun decidió partir hacia otras ciudades.
La bravura del guerrero mítico es frecuentemente narrada y en cada historia se pueden comprobar las características de ese particular Òrìsà.
Dicen que un buen día Òdúdúwà mandó a Ogún a una batalla, prometiendo que si regresaba vencedor, lo coronaría como rey.
Ogun partió a la guerra, regresando victorioso y trayendo consigo una fuerte cantidad de esclavos, todo tipo de tesoros y a una mujer muy hermosa.
Al verla, Òdúdúwà quedó prendado de ella y le dijo a Ogún que deseaba hacerla su esposa. Ogún, también apasionado por la joven, discutió con Òdúdúwà, gritando que no tenía derecho, que esa mujer le pertenecía y no la compartiría ni con el ni con nadie.
Òdúdúwà muy enojado por la insolencia de Ogun, expulsó a éste del palacio y se negó a coronarlo como rey, advirtiéndole que jamás a partir de ese momento podría usar corona. Es por esa razón que Ogún no lleva corona y si un sombrero cónico llamado fìlà-ide ( casco de metal ).
Otro de los hijos de Ogun, pero no reconocido socialmente por éste, fue Onraiyan. Y al respecto, los ancianos cuentan que Ogun, luego que la pasión por la joven había mermado, comenzó a cortejar a una mujer que conociera en el mercado.
Estaba conversando con la moza, cuando acertó a pasar por el lugar Òdúdúwà. El guerrero, recordando el enojo anterior de su amigo, presentó a su nueva conquista simplemente como una conocida, negando tener alguna relación con ella.
Òdúdúwà contento al saber que la joven no era mujer de Ogun, se enamoró de ella y la que hizo su esposa sin saber, que en realidad la joven mantenía relaciones escondidas con el guerrero.
De esa relación triangular nació un niño muy especial que de un lado era negro y del otro blanco y dieron en llamar Òrányàn.
Ogun tomo conciencia de su media paternidad, pero como había mentido a Òdúdúwá y temía sus represalias, decidió callar su paternidad. Pero en honor de ese hijo, cuando llegó la fecha de su festival pintó su cuerpo mitad negro y la otra mitad de blanco.
Por ésta razón, durante las fiestas de homenaje a Ogún, sus seguidores pintan sus cuerpos mitad negro y mitad blanco.


El Otà de Ògún es por lo general confeccionado en hierro. Su forma asemeja a una serpiente en espiral. Su piedra ritual es de color rojizo oscuro semejante a un cono.
Adornan el ota sus emblemas característicos, compuestos entre otros, por un machete de hierro o acero, espadas, y la mayoría de los implementos de guerra, caza y labranza y siete varas de membrillo.
Su sencilla vestimenta está confeccionada con Mariwo, hojas de palmera recién brotadas con las que el Òrìsà acostumbraba a cubrir su cuerpo. que también suele llevar en su mano cuando su espada no es empuñada para la pelea. Es tan simple en sus vestimentas como en sus gustos, en realidad su mayor interés es derrotar a los enemigos y lograr que se reconozca su valentía y obedezcan sus ordenes.
Los colores que caracterizan a Ogun son rojo y verde, verde, azul oscuro, y negro y blanco. Al ser Ògún un Òrìsà por demás austero, sus comidas no contienen sofisticación alguna.
Prefiere platos simples, asados o tostados directamente sobre el fuego, caracoles de tierra y tortuga asada. Bebe vino de palma y cebada.
Sus comidas votivas no se preparan con salsas o aderezos muy fuertes., ni llevan mucho tiempo de elaboración.
En América, se lo agasaja con una tira de ternera asada a la brasa o en la plancha, acompañada con harina de mandioca torrada y aderezada con aceite de dende.