lunes, 16 de febrero de 2009

EL PANTEÓN DE LOS ORISA

EL PANTEÓN DE LOS ORISA Y SU HISTORIA EN EL AIYE
ÒRÌSÀ ÈSÙ BÀRÀ

ÈSÙ BÀRÀ, O Esu Bara : PARA LOS YÒRÙBÁ. ELEGBA PARA LOS EWÉ. ELEWUA PARA LOS LUKUMI y SANTEROS CENTROAMERICANOS.

BÀRÀ es un Òrìsà fundamental dentro del panteón africano. Tiene el poder de actuar sobre toda la creación y es el único custodio del Ase de Olódùmàrè y lo transporta, manteniendo la intercomunicación entre los diferentes dominios del universo.
Posee relación con el oráculo de Ifà y es quién traduce por medio de los buzios, a los hombres la palabra de los òrìsà.
De todos los Òrìsà es el más astuto. El mensajero que lleva a cabo todos los trabajos. Nada se puede lograr sin antes haberle ofrendado a Bara.
Òrìsà de fundamental importancia dentro del panteón Nago, por poseer el privilegio de recibir todas las ofrendas y obligaciones en primer lugar, para luego distribuirlas a quien corresponda. Razón por la que ninguna obligación o ebo puede ser realizada sin haberle servido antes a Bàrà.
El significado simbólico de ofrendar en primer lugar a este Òrìsà, reside en mantener la armonía, puesto que Èsù simboliza el principio de la existencia individualizada, y en el contexto del pensamiento africano, desempeña el re-equilibrio de fuerzas.
Al ser Bàrà el dueño y custodio de los cruces del camino, asume la responsabilidad del trafico astral, seleccionando las vibraciones que pueden o no pueden pasar.
Por sus características, los pedidos más frecuentes son de apertura de caminos, trabajo bien remunerado y trabe o destrabe todo lo relacionado con el movimiento bursátil, de mercado, los negocios, empresas, etc..
Todo Ilé, casa de religión o pueblo, tiene “asentado” ( plantado ) en la entrada principal su Bàrà con los Asé correspondientes, para que cuide e impida el paso de enemigos o malas influencias al lugar.
En América es común que residencias particulares de adeptos o practicantes de la Religión Tradicional Africana , o Lukumí , “asienten su Bàrà o Elewua en la entrada de sus casas.
Al respecto de Èsù Bàrà, Santos, en su libro editado en el año 1976, dice lo siguiente; “... Esu posee diversos nombres que caracterizan sus funciones, tales como Yangi, primeras materia del universo, Bara, que rige el interior del cuerpo, Enugbarijo, ligado a las funciones de la boca y la voz; Ejixe-ebo, mensajero y transportador de ofrendas; Elebo, señor de las ofrendas, quien establece la unión entre los seres humanos con los Òrìsà y viceversa; Esu Lona, que abre y cierra los caminos y cuyo lugar preferido son los cruces de camino; Esu Obe, es el esu que maneja la faca y quien separa y auxilia los nacimientos, y también‚ propicia la muerte; Osetuwa, quien mueve los odu que rigen el destino...."
Èsù tiene mucho que ver con la reencarnación, en el BALE (reino de los muertos). los yòrùbá consideran que es el, quién permite el pasaje de los egun para el cuerpo de los que van a reencarnar.
Aunque parezca el más joven por su simpatía y carácter juguetón , Èsù es el más viejo de los òrìsà. y es sin duda el mas astuto de todos. Es además responsable de la parte interna de nuestro cuerpo. - esto se desprende del siguiente análisis: Èsù Bàrà , es igual a obara , que separado significa rey del cuerpo , y resulta del siguiente análisis : oba, rey, ara, cuerpo . Consecuentemente es el principio de movimiento y circulación de las vías internas del cuerpo humano. rige las cavidades del útero, e interactua entre el semen y el óvulo.
También posee ligación con la placenta, tercer elemento que permite el principio de vida individual. en ese contexto, y por ser considerado manifestación de "potencia ", constituye la fuerza de la sexualidad, fecundación y abundancia.

"... dice Santos (1971), Esù está asociado y moviliza el destino individual...".

Se dice que es el transmisor de la voluntad de los Òrìsà, porque acompaña a cada uno de ellos, y ejecuta sus decisiones. Pero al aseverar que Èsù transmite y liga, no se debe olvidar que además posee el poder de desunir y confundir.
Èsù Bàrà ejerce sus funciones en todos los reinos de la naturaleza. Está entre el mundo de los hombres y el mundo de los egun, por lo tanto vigila el ciclo de las encarnaciones.
No hay barreras para Èsù, atraviesa los límites y recorre todos los caminos de todos los planos.

En Ògbè Òdì se cuenta como en la tierra comenzó a manifestarse el engaño y la traición. Y que debido al mal comportamiento de sus moradores, las ansias de poder y los intereses creados; los cielos lloraron tanto que la tierra se anegó al punto de no poder ser sembrada.
Los habitantes de la tierra solo podían obtener alimentos tendiendo sus redes, cosa que realizaban en conjunto para amenizar en algo la espera de poder volver a pisar tierra firme. La pesca no era muy productiva y todos estaban muy preocupados y hambrientos.
Èsù, como era su costumbre se aparta del resto y decide pescar solo, logrando que sus redes salieran repletas de pescados.
Muy molestos y desorientados por la falta de alimentos, los habitantes plantearon a Esu la necesidad de que éste subiera al orun para rogarle a Ògún, confeccionara arpones y anzuelos para cada uno de ellos, porque con la red que tenían era imposible abastecer el alimento para todos.
Èsù considerando razonable el pedido, aceptó la propuesta y dejando sus redes tendidas y trabajando para el, se elevó y en un segundo estaba en las puertas de la casa de Ògún, quien en ese momento salía rumbo al palacio de Olódùmàrè, con el que tenía una importante entrevista.
Èsù le pidió que dejara todo de lado puesto que su pedido era de suma importancia y ante la negativa de Ògún, decidió tenderle una trampa para que se quedara.
Para ello, sin que nadie lo percibiera, transformándose en una cuerda, cerro fuertemente la garganta del hijo menor de Ògún, quien atragantado se revolcaba en el suelo, cosa que esperaba Èsù, que solícito, corrió en su auxilio, y subrepticiamente retiró la cuerda de la garganta, aliviando así al pequeño.
El padre, agradecido por la intervención de Èsù, decide posponer el viaje y preparando su equipo, comienza a fabricar las herramientas que le fueran pedidas.
El apuro de Èsù era mucho y mientras Ògún encendía el fuego, el otro soplaba, avivándolo de tal manera que casi instantáneamente las herramientas estuvieron lista, luego con un soplido enfrió el metal y partió raudo hacia la tierra.
Ya en aiye, descubrió que había sido robado, la red estaba totalmente vacía, los Òrìsà, en su ausencia recogieron la red y se repartieron los peces que había en ella.
Para calmar la indignación de Èsù, todos decidieron pagarle, pero cuando llegó el turno de Òrúnmìlà, este se negó rotundamente a hacerlo. Èsù furioso le dijo que inmediatamente regresaría al orun y lo acusaría de robo frente a Dios.
Temeroso del castigo divino, Òrúnmìlà registró su Ifa, quien le aconsejó que sacrificara un cabrito, lo asara y entregara en un costado del camino, cosa que inmediatamente cumplió, quedándose escondido cerca del lugar a esperar los acontecimientos. El aroma de la carne llegó hasta la casa de Èsù que no pudo resistir la tentación y corrió a ver de donde provenía. Cuando llegó al lugar y a pesar de saber que la comida no le pertenecía, decidió comerla, porque ya estaba cansado de tanto pescado. En eso estaba, cuando apareció su rival increpándolo por comerse la carne que él había preparado para compartir con los demás Òrìsà.
Sabiendo Èsù que había contravenido las leyes sagradas, en pago decidió que olvidaría la falta del Òrúnmìlà, si éste a su vez lo hacía con la suya. Òrúnmìlà, aprovechó la ocasión para imponer su primacía frente a Èsù y le dijo que aceptaba la propuesta siempre que el, enfrente de todos los habitantes de la tierra lo proclamara como jefe absoluto, a quien todos debían consultar y respetar sus mandatos.
Como Èsù había cometido una falta grave y no quería ser castigado, aceptó a Olódùmàrè como jefe supremo en la tierra con la condición de que se le concediera a perpetuidad, ejecutar las órdenes de todos los Òrìsà, pero especialmente las de Òrúnmìlà y que siempre y en todas las circunstancias, el fuera servido en primer lugar por todos sin excepción. Sellaron su puesta de acuerdo, y juntos dieron las nuevas a los demás. Y así, Èsù es y será por siempre el mensajero, que recibe las ofrendas de todos los Òrìsà, encargándose de entregarlas luego de haber tomado la porción que a el le pertenece.
El ota donde se asienta y es concentrada la energía de Bàrà, proviene de un monolito de barro endurecido de color medio rojizo. Esta piedra es considerada LA PRIMERA MATERIA DEL UNIVERSO . Todos los fundamentos, vituallas, armas y ornamentos que le pertenecen, son colocados junto a su Ota.
Son algunos de sus emblemas más usuales, el ógo cetro de madera trabajada en forma fálica y adornada generalmente con hilos de oro, buzios y cuentas rojas, rojas y negras o rojas, blancas negras. Siete Tridentes unidos en su base. Adoniran - una calabaza conteniendo todas las sustancias que representan sus poderes -. Generalmente se lo culta todos los Lunes. Sus números son el 7 y los múltiplos derivados del mismo y su color es el rojo.
Las comidas votivas más usadas en Occidente para agasajar a Bará son:

Maíz entero bien seleccionado y torrado, servido con 7 papines asados y 7 “ opeté “ (papas o mandiocas, que luego de hervidas y hechas puré, se elaborarán en forma de croquetas y se colocarán junto a los papines asados, sobre los granos.

Eko o eco : Comida votiva preparada con agua, harina de maíz y aceite de dende. Por lo general en los templos el eko y las comidas específicas se sirven en día lunes junto con el agua de la cuartinha.
Estas comidas quedan por siete días y se cambiarán al lunes siguiente, pudiendo ser despachadas en la esquina más cercana a la puerta del Ilé.

Asoso , comida ritual de Bàrà Ajelu compuesta de maíz entero, muy bien seleccionado y dejado en remojo por no menos de tres días y luego hervido y rociado con miel de abejas.

Otro Eko : comida realizada con maíz blanco, dejado en remojo por tres días, y luego molido en un mortero hasta formarse una pasta que se cuece en agua. Una vez cocido, se sirve en un recipiente de barro y se le vierte encima un chorro de Epo y 7 Akasa o akarase. Por lo general esta comida se sirve en una obligación ritual importante en remplazo de la ofrenda diaria.
El eko es usualmente regado con la sangre de los animales utilizados en el ritual y se “despacha” ( entrega ) en las inmediaciones del templo durante la ceremonia ritual de “ obligación de eko “, en vez de la comida tradicional, que deberá quedar servida en el cuarto durante los días que el sacerdote considere prudentes

Èsù Bàrà posee el poder de multiplicarse, pero todas las clases o nombres con que los denominamos, pertenecen a un sólo Èsù, el Òrìsà Bàrà
Las clases de Bàrà siguientes se denominan Bàrà de afuera , y sus asentamientos deben ser realizados fuera del cuarto santo o salón principal del templo. Brevemente doy algunos nombres de Èsù Bàrà más cultados en América.